Picaduras de una sifonáptera cualquiera

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Sevilla

21:38 / Publicado por Una pulga cualquiera /

Hoy he vuelto de Sevilla. Sevilla tiene un color especial. Sevilla. Sevilla. Sevilla. Illa. Ella. Illa. Sevilla. Toda ella. Es impresionante cómo la ingenuidad te puede entorpecer. Un día crees que Salamanca arrasa con todo, o París, y que nada lo supera (y sí, no conozco absolutamente nada del mundo, pero ya lo aseguraba como una verdadera inepta). Tonta de mí. Está Sevilla. Está Sevilla ahí. Capital de la Comunidad Autónoma de Andalucía. ¿Capital de capitales? No. Capital en mayúsculas. Capital mayúscula. María Luisa y sus hojas también lo confirman. Las naranjas del barrio judío (y de la Alameda), lo comprueban. Y yo, asiento como las hojas, confirmo, y lo compruebo. Hay muchas visitas por repetir, porque Sevilla, Illa, Ella, no es de visita única, es de visita continuada y necesaria, gratificante, y absolutamente sana. Y mira que no conozco a fondo la ciudad, pero mira lo que me encanta. Y mira lo que me encanta. No sé cómo explicarlo. El motivo de mi viaje a esa ciudad supera a todo. Pero esto es un blog de ciudades, para los motivos, dejamos a yonomelocallo tararear. Sevilla tiene un color especial. Ole ole y ole. La gente y su arte acentuado, el acento artístico, el arte y el acento. Esa ciudad llena los ojos a cualquiera. A esa ciudad hay que llevar a Julia, señores. Es necesario. ¡Necesario!

Rotonda

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