Picaduras de una sifonáptera cualquiera

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Dublin

12:53 / Publicado por Una pulga cualquiera /

Entre las callejuelas, al final de lo que la vista puede alcanzar, una puerta Georgiana frente al oleaje del Liffey aparece, como de costumbre, en Dublín. Pintas a medias tras la pared roja al otro lado del río. Y para mí, que sean Guinness. El agradable gentío gaélico bajo los carteles de doble idioma (y los que me llevo de recuerdo para mi pared madrileña). Veintiún días de agujas y pinchos cercanos al Alpha. Las baterías de Henry, el mercadillo subterráneo. Mi repetitiva nacionalidad unida a la italiana. Suiza, Alemania e Italia ganan. Hurling en el barrial, qué más se puede pedir. ¿Y explicar? eso ya no se puede, porque sólo se siente cuando ves, en primera persona, una de esas puertas. Los leprechaun han abierto el estuche de las pinturas y han escogido el verde para colorear el milímetro de estos jardines, de esta urbanización, de este barrio, de la zona norte y sur, de toda la ciudad...de este país, de este país y del país entero. Y sí, vale, el farolillo redondo se ve desde mi cuarto mejor que nunca, pero y qué, si cuando lo vuelvo a mirar lo tapa un árbol verde como Irlanda de intenso...pues...habrá que irse a dormir y pedir en los sueños puertas de esas. Dame más puertas, ¡dámelas, Dublín!

Rotonda

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