Picaduras de una sifonáptera cualquiera

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dos cero uno cero

13:18 / Publicado por Una pulga cualquiera /

Verano me sumergió entre las orillas del foso. Hoy leo sus mensajes y me culpo por no haberle escrito en todo este tiempo. Y es que, me sumergió en el mejor país del mundo. Y muy poca gente es capaz de ello, aunque pueda sonar triste. Recorrimos por aquellas fechas el Château des Ducs entre músicas más que orgásmicas, trasladándonos a las etnias del sureste europeo, donde el césped empujaba y el pandero resonaba. Hicimos el tour de la France entre sexo y fotografía. Dos meses que no daban crédito, dos meses en los que cada apertura de puerta con vista a las calles, me hacían feliz con solo ver que los paneles estaban escritos en mis letras favoritas.
Me preguntó qué me cambió el pasar dos meses fuera de los límites, a lo que yo no sabía qué responder. Meses después, empiezo a ver el cambio con más razón y lógica que torpeza. Los personajes de aquí me lo recuerdan y me comparan con el antes y el después. Y una siente nostalgia cuando piensa que tal vez habrá sido el mejor verano de su vida, porque me fui sola y volví con trescientos tatuajes en el cuerpo y en la mente. Pero lo mejor de todo, es que, por mucho que este verbo pueda abarcar conceptos muy amplios y habituales, nunca antes había definido una ocasión como ahora: he vivido.

Rotonda

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